Que el tiempo corre demasiado no es una apreciación personal, sino un hecho. Enero pasó como un tsunami. Febrero le siguió como un vendaval. Y teníamos la esperanza de que marzo viniera calmado, pero estamos ya a mitad de mes y el ritmo frenético al que va todo apunta a que será como los meses anteriores.
Y esta sensación es la común de mis clientes y colaboradores cuando nos vemos en alguna reunión.
¿Tienes tú este mismo sentir? ¿Qué está pasando? ¿A qué nivel de prisa, estrés o fatiga mental te encuentras?
Lo cierto es que, con tanta rapidez, con tantas tareas por ejecutar cada día, con tantos procesos abiertos, con tantas reuniones… no vemos el momento de parar para reflexionar si podríamos encontrar otras maneras más efectivas de hacer que no implicaran tanta energía personal. El día a día nos arrastra en piloto automático y quizás se nos escapaban otras maneras de hacer más sostenibles, con mayor atención y calma menta.
Los inicios de año son momentos propicios para plantearnos nuevos retos y nuevas maneras de hacer. Muchas personas se plantean, al inicio del año, mejorar su salud física (comer mejor, dormir más, hacer más ejercicio…) y también su salud mental (desconectarse más de la tecnología, dedicarle unos minutos a practicar meditación…). La práctica de la atención plena o de mindfulness aplicado al trabajo suele ser uno de los objetivos top10 para muchas personas.
Porque mindfulness, más allá de ser una técnica de meditación, es una capacidad atencional que nos trae multitud de beneficio en el trabajo -y en la vida-. Por resumir los más de dos mil estudios científicos que avalan la práctica de la atención plena, aplicado al contexto de trabajo, nos proporciona mayor foco y concentración, mayor claridad mental, mayor calma mental y mayor bienestar. Y todo ello, genera un impacto positivo, tanto en la ejecución de las tareas diarias, como en las relaciones en el trabajo. (Puedes leer más sobre mindfulness aquí: Ese boom llamado mindfulness).
Sin embargo, han pasado casi 3 meses desde el inicio del año y parece que nos sigue costando integrar esos nuevos hábitos para lograr mayor foco, claridad y bienestar en el trabajo. Ya han pasado 3 meses y el nivel de estrés sigue dando niveles demasiado elevados, las personas siguen con dificultad para concentrarse y los equipos siguen si la efectividad esperada.
¿Por qué nos cuesta tantísimo integrar la atención plena como hábito en el día a día? ¿Es una cuestión de falta de tiempo? ¿De esfuerzo? ¿O quizás es que no sabemos cómo hacerlo?
Hace unos meses, mi amiga Susana Martín me dio la clave para este post y para los consejos mindful que te comparto cada miércoles: SOLO POR HOY.
Llevaba años fumando y había intentado varias soluciones para dejarlo, sin éxito. Pero con el “solo por hoy” como bandera, ha logrado ir dando pequeños pasos cada día en su nuevo hábito de no fumar y lleva así varios meses. ¡Todo un logro!
Solo por hoy implica que … hoy, sí o sí, me comprometo conmigo a hacer ese cambio e integrar un nuevo hábito, en presencia y con fuerza interior. Mañana no lo sé, pero hoy voy a “muerte” con mi compromiso. Potente, ¿verdad? Porque cada día le pones fuerza renovada al asunto.
Si lo que quieres es mejorar tu día a día en el trabajo con mindfulness y adquieres ese compromiso contigo, yo voy a ayudarte. Para ello, cada miércoles encontrarás en mis publicaciones una minipráctica de mindfulness aplicada al trabajo, para que la lleves a cabo, al menos, solo por hoy (ideal si la extiendes a más días). Las miniprácticas aparecerán en forma de acciones concretas o en forma de meditaciones express para aplicar en determinados momentos de tu jornada laboral. El objetivo de estas prácticas es que te ayuden a tener mayor atención, mayor claridad, calma mental y bienestar.
Si te son de utilidad, me encantará que las compartas con tu equipo y generemos juntos una onda expansiva de bienestar en el trabajo muy necesaria. Tienes mi permiso para que imprimas las prácticas y las pongas colgadas en tu oficina.
La práctica de la atención plena, ya sea en su modalidad de prácticas en quietud (meditación) o las prácticas informales en acción -como las que yo te comparto- son un recurso maravilloso para fortalecer la salud mental y la productividad en momentos de tanta rapidez y sobre-estímulos como el que vivimos en la actualidad. Llevo más de 10 años acompañando a personas y equipos y el resultado es fantástico.
Te animo a que te unas a la práctica de mindfulness y la conviertas en un hábito saludable de tu día a día en el trabajo.
Ya me contarás. ¡Hasta pronto!
Si quieres seguir aprendiendo y entrenando mindfulness en el trabajo, puedes suscribirte gratuitamente a mi newsletter y estar al día de contenido y de cursos a tu disponibilidad. Suscríbete aquí: quiero estar al día de mindfulness y otras herramientas para el bienestar en el trabajo.
Descárgate mis audios de práctica formal en quietud y empieza a practicar meditación mindfulness: Sí, quiero los audios.
Y si quieres profundizar sobre mindfulness y en otro tipo de prácticas para tu día a día, puedes echar un vistazo a mi libro Oh! Mindful Day, con 30 ideas para vivir en armonía. Lo tienes de venta en Amazon: quiero echar un vistazo.
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