Creo que nadie duda de que aquella Organización que cuenta con actuaciones de Bienestar, lleva la ventaja, como mínimo, de prevenir la fuga de talento. Aunque lo ideal sería contar con un plan de bienestar coherente, estructurado, estratégico, vinculado a la Cultura y que englobe a la Dirección (quizás pido demasiado); aquella Organización que en la actualidad no habla o actúa promoviendo el Bienestar entre sus empleados, está abocada al fracaso.
Sin embargo, esta moda del Bienestar tiene su lado oscuro. Por un lado, se dice que se hace más de lo que se hace. Y, por otro, más peligroso aún, el Bienestar se ciñe a las actuaciones de un departamento sin permear (y transformar) la Organización, lo que puede verse por el empleado como una absoluta farsa.
Aún así, y con todo un camino muy motivador por delante, las Organizaciones sí van mejorando. Comparativamente con años atrás puede verse. Y parte de ese convencimiento hacia el Bienestar se fortalece cuando hablamos del ROI.
En este artículo quiero compartirte datos objetivos, cuantitativos y cualitativos, sobre el beneficio de apostar por el Bienestar. Y un debate final que, para mí, es aún más interesante.
El ROI del Bienestar: datos cualitativos y cuantitativos
En la actualidad, el bienestar en el trabajo se ha convertido en una prioridad estratégica para las empresas que buscan no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno competitivo y en constante cambio. La inversión en programas de bienestar no es (o no debería verse como) un gesto altruista hacia los empleados, sino una decisión empresarial inteligente que puede generar un retorno significativo de la inversión (ROI).
Quiero aclarar que, invertir en Bienestar implica la adopción de medidas para la promoción de la salud física y mental, la prevención de riesgos psicosociales, la transformación del estilo de liderazgo hacia liderazgo humanista, medidas para la flexibilidad y la conciliación, la promoción de la diversidad, la mejora de los espacios y condiciones de trabajo, …, y otras tantas actuaciones que contribuyen a que el empleado de cualquier nivel se encuentra cuidado por su Organización y que pueda dar lo mejor de sí en aquello que realiza. Bienestar, por tanto, desde esta mirada holística, va mucho más allá del bienestar mental o físico.
En base a mi experiencia, hay ciertas competencias o habilidades que mejoran notablemente tras la participación del empleado en sendas actuaciones de bienestar. Porque este es otro debate: que la Organización cuente con un programa de Bienestar no asegura que la totalidad de la plantilla haga uso de los recursos ni participe en las iniciativas (ni que se logren los beneficios que se buscan).
Además, siendo el Bienestar un tema en tendencia como es, existen datos a
- Aumento del desempeño. El desempeño de los empleados es directamente proporcional a su bienestar. Empresas que invierten en el bienestar de sus empleados reportan una mejora del 25% en el desempeño general, según la revista Occupational Health Management. Esto se debe a que los empleados saludables y felices son más capaces de concentrarse y trabajar de manera eficiente.
Empresas españolas que han invertido en el bienestar de sus empleados reportan una mejora del 25% en el desempeño general, según datos de la Fundación máshumano.
- Mejora del engagement. Según Gallup, las empresas con altos niveles de engagement experimentan un 21% más de rentabilidad. Programas de bienestar que abordan la salud física, emocional y mental de los empleados pueden aumentar significativamente su compromiso. De hecho, Gallup reporta que los empleados comprometidos tienen un 41% menos de ausentismo y un 17% más de productividad.
Por otro lado, según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), las empresas que implementan programas de bienestar experimentan un aumento del 27% en el engagement de sus empleados.
- Reducción del estrés. El estrés laboral afecta tanto a la salud de los empleados como a la productividad empresarial. La American Psychological Association encontró que programas efectivos de bienestar pueden reducir los niveles de estrés en un 30%. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid encontró que los programas efectivos de bienestar pueden reducir los niveles de estrés en un 32%. Esto no solo mejora la calidad de vida de los empleados, sino que también reduce las ausencias por enfermedad y mejora el rendimiento laboral
- Aumento de la motivación. Un estudio de la Universidad de California, Riverside, descubrió que los empleados que se sienten valorados y cuidados por su empresa tienen un 31% más de motivación.
Un informe de Adecco España reveló que los empleados que se sienten valorados y cuidados por su empresa tienen un 29% más de motivación.
Programas de bienestar que promueven un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y que reconocen los logros de los empleados, pueden significativamente aumentar esta motivación.
- Mejora de la salud. La salud de los empleados es una preocupación central en cualquier programa de bienestar. La Sociedad Española de Medicina del Trabajo (SEMT) indica que cada euro invertido en programas de bienestar en el lugar de trabajo genera un retorno de hasta 4 euros en reducción de costos médicos y mejora de la productividad. Además, las empresas que implementan estos programas reportan una disminución del 20% en los costos de atención médica, según un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid.
- Mejora del liderazgo. Los líderes que están física y mentalmente saludables pueden gestionar equipos de manera más efectiva. Un estudio de la Universidad de Warwick encontró que los empleados felices son un 12% más productivos, lo que implica que líderes con altos niveles de bienestar pueden inspirar y dirigir equipos más productivos y comprometidos.
Un estudio de la Universidad de Navarra encontró que programas de bienestar enfocados en la salud mental de los líderes mejoraron su capacidad de toma de decisiones en un 18% y su habilidad para gestionar conflictos en un 25%.
- Equipos más colaborativos. El bienestar en el trabajo fomenta un ambiente positivo donde la colaboración se da de manera natural. Un estudio de la Harvard Business Review encontró que los empleados que participan en programas de bienestar tienen un 28% más de probabilidades de trabajar bien en equipo. Un estudio realizado por IE Business School en colaboración con la consultora PeopleMatters, reveló que los empleados que participan en programas de bienestar tienen un 30% más de probabilidad de colaborar efectivamente con sus colegas, lo que se traduce en una mayor innovación y resolución de problemas.
El para qué del Bienestar Organizacional
Creo que todos podemos entender el por qué del Bienestar Organizacional y es casi unánime: las bajas por estrés y enfermedad mental, la fuga del talento, la dificultad en el desempeño, el liderazgo destructivo, la pérdida económica en las empresas, la transformación en la manera de trabajar, etc. Es decir, la situación está muy complicada y tenemos que buscar soluciones y acompañar al empleado.
Lo que quizás no esté tan claro es el para qué, el propósito por el cual una Organización decide poner en marcha un Plan de Bienestar. Porque aquí no hay unanimidad y caben muchas posibilidades. Yo misma he visto muchas muy diferentes: desde empresas comprometidas con dar lo mejor al empleado; hasta las que buscan únicamente imagen en el mercado para atraer talento. O las que, justificándose en políticas de Bienestar, exigen aún más.
El propósito detrás de la estrategia de Bienestar marca el éxito o el fracaso de cualquier programa. Determina que el programa de Bienestar se vea como un parche (o una mentira) a que se vea como una ayuda verdadera al empleado.
Por eso, el ROI debe importarnos a la hora de invertir en Bienestar, por supuesto, para algo sirve medir. Celebro que en muchas Organizaciones se utilice. Pero si vamos a tener que convencer a la Alta Dirección con un Informe detallado y sacar los datos de debajo de las piedras porque “de otra manera no lo compran”…, mal empezamos. Tal vez esa Organización no esté en el momento evolutivo requerido para hablar de Bienestar.
¿De verdad tenemos que seguir convenciendo sobre las bondades del Bienestar? ¿Todavía?
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