La pandemia ha tenido un impacto significativo en las Organizaciones, con muchos empleados trabajando desde casa y experimentando un nivel sin precedentes de estrés y ansiedad. Además, el cambio constante, la inmediatez y el ritmo frenético actual en el contexto de trabajo incrementa las dificultades para poder trabajar aportando nuestro mejor valor a la compañía.

Ahora que la recuperación económica está en marcha, las empresas están buscando formas de mantener y mejorar la productividad, mientras que al mismo tiempo cuidan a su personal. Y es aquí donde entra en juego el Bienestar Organizacional. Al centrarse en el bienestar de los empleados -de cualquier nivel-, las empresas pueden mejorar la satisfacción laboral, la retención de talentos y la productividad en general.

El Bienestar Organizacional, más allá de un conjunto de actuaciones para mejorar la salud física o mental del empleado, debe entenderse, en mi opinión, como una estrategia transversal en la compañía con incidencia directa en la mejora de la salud y en la reducción de los niveles de estrés. Pero también, como una estrategia que garantice las condiciones necesarias para que todo empleado pueda crecer en la Organización y hacerla crecer con su mejor aportación individual y en equipo. Esto exige generar entornos de desarrollo personal y profesional e implantar medidas de favorezcan que el empleado se encuentre bien donde está y con lo que hace, y, por tanto, va muy ligado a la Cultura de la Organización. Además, promover medidas preventivas y generadoras de seguridad en el trabajo.

 

Invertir en el bienestar organizacional significa asegurar que tus empleados se sientan valorados, respetados y apoyados en su trabajo diario.

Invertir en Bienestar Organizacional es lo correcto desde la perspectiva ética y sostenible. Por eso, la salud y el bienestar forman parte de la Agenda 2030 de la ONU en su objetivo número 3 (garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal).

Pero también, es una inversión inteligente en el éxito a largo plazo de una Organización. Y sí lo indican los datos.

Según un estudio de la Universidad de Warwick, los empleados que disfrutan de bienestar en su trabajo son un 12% más productivos. Además, los empleados que se sienten apoyados y valorados tienen una menor tasa de absentismo y rotación.

Pero no solo es importante para los empleados. Invertir en el Bienestar Organizacional también tiene beneficios para la empresa. Un estudio de la Universidad de Harvard encontró que las empresas que invierten en el Bienestar Organizacional tienen un 28% más de rentabilidad que las que no lo hacen.

¿Te has preguntado alguna vez si el bienestar de tus empleados tiene un impacto directo en el éxito de tu empresa? La respuesta es sí.

El Bienestar Organizacional aporta muchos beneficios para los empleados y para la Organización, como, por ejemplo:

  • Mejora la productividad: Cuando los empleados se sienten bien y saludables, es más probable que se concentren más y trabajen de manera más efectiva. Esto resulta en una mayor rentabilidad y éxito para la Organización.
  • Mejora el clima laboral: Las empresas que se centran en el Bienestar Organizacional pueden crear un ambiente de trabajo más sostenible y positivo. Esto resulta en una mayor satisfacción de los empleados.
  • Fomenta el compromiso de los empleados y el sentido de pertenencia: Los empleados que se sienten cuidados, valorados y apoyados son más propensos a trabajar mejor y apoyar los objetivos de la empresa.
  • Reducción de la rotación de personal: Las empresas que ofrecen entornos en bienestar y salud mental pueden ayudar a reducir la rotación de personal. Además, los empleados que se sienten cuidados son capaces de valorar a la compañía. Esto resulta en una reducción de los costos asociados con la contratación y capacitación de nuevos empleados.
  • Mejora la imagen de la empresa: En una sociedad cada vez más consciente de la salud y el bienestar, las empresas que se preocupan por el bienestar de sus empleados son vistas como socialmente responsables y comprometidas con la salud y el bienestar de la comunidad en general.
  • Atracción de talento: Cada vez más los empleados buscan empresas en las que contribuir, crecer y a la vez sentirse cuidados. En las entrevistas de selección existe un interés cada vez mayor por parte de los candidatos por saber si las empresas cuentan con medidas que favorezcan el bienestar.
  • Reducción de accidentes y costes de atención médica: Los empleados que tienen un buen bienestar físico y emocional pueden ser menos propensos a enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo. Esto puede reducir los costos de atención médica para la empresa y disminuir el tiempo de inactividad asociado con las bajas por enfermedad.

 

¿Por dónde empezar a tejer?

Sé que la tendencia actual sobre el Bienestar Organizacional puede empujar a hacer y hacer sin mucho reflexionar. Pero creo fundamental detenerse para crear planes coherentes, acorde a los valores y objetivos de la Organización y con actuaciones que cubran las necesidades reales de los empleados.

Hoy contamos con muchas herramientas para acceder a esta información y multitud de canales por los que los empleados pueden comunicar qué necesitan y qué esperan de la empresa en materia de bienestar. Una buena escucha del empleado hará que cualquier plan sea más exitoso.

En base a mi experiencia como consultora y formadora en Bienestar, existen decenas de actuaciones que cabrían en un Plan de Bienestar Organizacional y todo depende del momento vital de la Organización y de la implicación (o su para qué) en este asunto. En realidad, a nivel de ideas casi todo está inventado. De hecho, hay actuaciones que llevan años ofreciéndose en casi cualquier empresa -como los seguros médicos, los planes de conciliación…- si bien en este momento y desde esa perspectiva 360º, se incluyen en los Planes de Bienestar.

Sin embargo, derivado de los datos que nos arrojan los informes postpandemia, las medidas en favor de la salud mental están teniendo cada vez más cabida. Ya no es cuestionable promover la salud mental del empleado y, de nuevo, existen todo tipo de actuaciones dirigidas a todos los niveles de la compañía: asistencia psicológica, acompañamiento para la mejora del bienestar, formación para dotar de mayor conocimiento y empoderamiento al empleado, intranet con contenido y consejos, píldoras informativas, etc.

Si echas un vistazo por la red, podrás encontrar muchas ideas sobre las áreas de desarrollo que incluyen ya cientos de organizaciones en sus Planes de Bieneatar. Desde los que abarcan las dimensiones física, mental y social, a otros más sofisticados que incluyen dimensiones como la sostenibilidad y espiritualidad.

Cada Plan de Bienestar, por coherencia y para asegurar su éxito, deberá tener en cuenta los valores de la Organización y su cultura en el momento de su diseño.

Por último, los buenos Planes de Bienestar Organizacional no se olvidan de los líderes, de su bienestar individual y de cómo lideran en Bienestar bajo los valores de la compañía. Y aunque aquí aún hay lagunas a nivel práctico, en los últimos años he sido testigo del creciente interés de los líderes de mejorar tanto lo uno como lo otro: con la motivación de fortalecer su bienestar individual y de mejorar su manera de liderar hacia modelos más humanos basados en el bienestar hacia sus equipos. Y en cada acompañamiento con ellos, el impacto de entrenar su bienestar ha sido un punto de inflexión en su carrera profesional.

Invertir en Bienestar Organizacional puede ser una de las mejores decisiones que tome tu Organización (o tu departamento). No solo servirá para aumentar la satisfacción de tus empleados y mejorar su productividad, sino que también tendrá un impacto positivo en la rentabilidad de tu empresa.

 

Cristina Jardón es Experta en Inteligencia Emocional aplicada a las Organizaciones y Bienestar Corporativo. Dirige el programa Certificación en Bienestar Organizacional de Sagardoy Business & Law School.