Una de las riquezas del ser humano como especie es su habilidad para socializar. Gracias a ella y a lo que deriva de su puesta en práctica hoy seguimos desarrollándonos como especie: nos cuidamos y crecemos en sociedades.

Pero lo que es una riqueza es, al mismo tiempo, una fuente de desequilibrio y de sufrimiento.

No conozco a nadie que no haya sufrido por las malas relaciones. Y cuando hablamos del entorno laboral, el porcentaje se eleva.

El día a día del trabajo, donde las relaciones entre colegas y el cumplimiento de objetivos son piedras angulares, es esencial cultivar un entorno constructivo para crecer como personas y como profesionales.

En este artículo te cuento cómo el liderazgo humanista, la buena comunicación y la escucha activa pueden transformar la atmósfera laboral, fomentando la productividad y el bienestar. 3 ingredientes que maridan a la perfección.

¡Creemos entornos constructivos!

 

Liderazgo Humanista: clave para un entorno positivo

Hace un par de años tuve la oportunidad de colaborar en un programa de Liderazgo Humano con una gran corporación bancaria. El programa perseguía un objetivo claro: facilitar conocimientos y recursos para poner en marcha en la Organización un liderazgo más cercano a las personas. Más de 800 personas pasaron por el programa y, hasta la fecha, es uno de los proyectos que más he disfrutado por el impacto positivo que tuvo, hacia cada participante y hacia sus equipos.

El liderazgo humanista se aleja de simplemente cumplir objetivos y se centra en el desarrollo integral de los empleados. Al reconocer la individualidad y las necesidades emocionales de cada miembro del equipo, se establece un vínculo que va más allá de las métricas de rendimiento.

El líder humanista no solo establece metas, sino que también se preocupa por el bienestar de su equipo. La empatía y la comprensión son las herramientas esenciales que construyen puentes de confianza y colaboración. En lugar de imponer, un líder humanista inspira y guía, creando un entorno donde cada empleado se siente valorado y motivado.

Para mí, el liderazgo humanista no es tanto un estilo de liderazgo, sino una intención a la que cualquier líder debería apuntar.

Un entorno laboral constructivo tiene mucho que ver con el liderazgo y los comportamientos del líder. Resulta obvio que el líder humanista se tomará tiempo para favorecer las condiciones y el entorno adecuado de desarrollo personal y profesional, creando espacios para la seguridad psicológica, fortaleciendo con ello los vínculos y obteniendo un impacto más que medible en la productividad.

 

La comunicación clara y transparente

Sé que es común lo de que “al equipo no se le puede comunicar todo”. Y quizás estés en lo cierto como líder, aunque los estudios demuestran que la transparencia es el pegamento que mantiene unido a un equipo.

Por otro lado, contrario a lo que en ocasiones se entiende, comunicar no es solo transmitir información, sino asegurarse de que todos la comprendan y se sientan escuchados.

En un entorno donde la comunicación fluye libremente, existe transparencia y apertura, los empleados se sienten cómodos compartiendo ideas, preocupaciones y sugerencias…. está asegurado el máximo rendimiento y la mejor colaboración.

La retroalimentación constructiva se convierte en una herramienta para el crecimiento mutuo y el perfeccionamiento de procesos.

 

La escuchar atenta: clave para resolver conflictos y fortalecer las relaciones 

En el entorno de trabajo, los desafíos y conflictos son inevitables. La solución no está en evitarlos, sino en abordarlos con empatía y resolución. La mediación y la resolución de conflictos son habilidades cruciales en la creación de un entorno constructivo. Y la escucha atenta es la base.

Escuchar atentamente significa crear la intención de querer entender, no interrumpir, y no dejarse llevar por los juicios mentales. Es, simplemente, estar para el otro con plena atención.

 

Decía Stephen R. Covey que: «… la mayoría de las personas no escuchan con la intención de entender; escuchan con la intención de responder».

 

Al comprender completamente las perspectivas y emociones de los demás, se sientan las bases para resolver conflictos de manera respetuosa y colaborativa.

Cuando en la Organización se favorece la escucha atenta en reuniones, cuando líderes y empleados la ponen en práctica, se promueve un entendimiento mutuo que allana el camino para soluciones innovadoras y la construcción de relaciones sólidas.

 

Productividad y Bienestar Sostenible

Un entorno laboral constructivo no solo impacta en el bienestar emocional, sino que también tiene beneficios tangibles en la productividad y la retención de talento. Los equipos que se sienten apreciados y escuchados están más comprometidos, lo que se traduce en un rendimiento superior. Además, los empleados se sienten empoderados y valorados, lo que alimenta la confianza y la autoestima. Este empoderamiento se traduce directamente en un mayor compromiso y creatividad en el trabajo.

 

 

Concluyendo…

En el maravilloso (y complejo) mundo de las relaciones laborales, crear un entorno constructivo es un esfuerzo colaborativo. Los líderes, al adoptar el enfoque humanista, y los empleados, al practicar la comunicación abierta y la escucha activa, contribuyen al desarrollo de una cultura organizacional positiva y resiliente en la que todos ganamos.

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Cristina Jardón es Experta en Inteligencia Emocional aplicada a las Organizaciones y Bienestar Corporativo. Formadora y consultora de Bienestar. Dirige el programa Certificación en Bienestar Organizacional 360 de Sagardoy Business & Law School. Puedes conocer más sobre su trabajo en www.cristinajardon.com