Descifrando como creer es crear.

Hace poco tuve que desmontar mi casa entera para hacer mudanza. No dejé ni un clavo en la pared.

Una de las cosas buenas que tienen las mudanzas es que, inevitablemente, te trabajas el apego a lo material. Yo aproveché a tirar varias sacas de cosas inservibles, a reciclar otras varias y a regalar muchas. Hasta una lámina original traída de Egipto.

Y entre tanto mover, sacar y empaquetar.., encontré un ejercicio de Coaching fechado del año 2011, en el que decía:

“Piensa cómo será tu vida en 5 años y descríbela con todo lujo de detalles”.

 

Por aquellos entonces yo era una amateur en Coaching. He tenido la gran la suerte de formarme con grandes Coaches.

A nivel personal estaba en uno de los peores momentos de vida. Bueno, en realidad en el peor: acababa de vivir mi divorcio. Fue muy duro. Lo más duro vivido hasta ahora. Fue desgarrador. Desolador. Tristísimo y una adaptación a un ritmo de madre single nada fácil. Algo que hizo que no pudiera comer en un mes y que perdiera bastante peso –que, por otro lado, luego agradecí porque pude recuperar ropa que tenía olvidada en el armario-.

Y aunque como experta en Inteligencia Emocional y entrenada en eso de ver la parte positiva de todo me llevó sólo unos meses reconvertir mi drama en resiliencia, lo cierto es que me quedé asombrada de la esperanza con la que escribí en aquel papel de mi ejercicio de Coaching en aquel crítico momento de mi vida. Estoy segura de que, en el fondo, sabría que se cumpliría aquel sueño. Como cuando los críos escriben su Carta a los Reyes Magos. O quizás, imploraba a no sé qué para salir de aquello.

 

Creer es crear

En aquel papel tenía reflejado el futuro que deseaba vivir. Y casi 5 años más tarde…se ha convertido en mi presente. El que estoy viviendo hoy. Cumplido hasta el más mínimo detalle. Incluso lo de la casa con jardín para celebrar reuniones con amigos. Como la que celebré hace meses por mi 40 cumpleaños. Todo inimaginable en el momento de escribirlo.

Puedes llamarlo magia, o destino…o casualidad, o más bien causalidad. Lo cierto es que aquel papel fue escrito con EMOCIÓN, con INTENCIÓN…, poniendo toda mi fuerza en la IMAGINACIÓN, en CREAR MI FUTURO. Y casual o no, lo he LOGRADO.

Y lo más curioso es que este ejercicio, que he practicado varias veces y lo he entrenado con los alumnos y asistentes de mis cursos…; a mí ya me ha funcionado varias veces. Y a quien lo ha realizado con el corazón, también.

Parece que la mente domina. Que nuestros pensamientos unidos a lo que sentimos encaminan nuestra vida hasta darle forma concreta. Que a aquello que pensamos le damos el poder de que suceda. Eso dice la neurociencia. Es por eso que la mente ha de estar despierta y bien direccionada, y de ahí la importancia de la meditación (podéis encontrar algunos recursos aquí) y la Inteligencia Emocional.

Sé que mis años de yoga, meditación y mis creencias espirituales fueron, sin saberlo, mis aliados en la superación de mi gran bache. Por mucha ayuda externa que tengas, se trata de un asunto interior.

Y sé que creer en que podía superarlo y que otra vida mejor –infinitamente mejor- me esperaba, fue lo que me encaminó a lograrlo. Sólo tuve que dibujarla con todo lujo de detalle.

Creyendo y logrando, como dice Alex Rovira.

Como siempre.., no me hagas caso: COMPRUÉBALO POR TI MISM@”